La movilidad sostenible debe buscar soluciones que consuman menos recursos naturales no renovables, produzcan menos afecciones al medio ambiente y menos perjuicios sociales y económicos.
En general, se trata de reducir los desplazamientos motorizados. En concreto se desea hacer un menor uso del vehículo privado por parte de las personas y reducir el uso de camiones para el transporte de mercancías. Como alternativa se promocionarán formas de desplazamiento no motorizadas: El uso de transporte público para las personas, y la del ferrocarril y otros medios, para las mercancías; siendo estas las bases de una movilidad más sostenible.
En este sentido, el vehículo privado resulta ser, en relación al desplazamiento de una persona durante un kilómetro, el modo que ocupa más suelo, consume más combustible y produce más externalidades, tales como accidentes, contaminación, ruido, intrusión visual o congestión. Además, en las condiciones de circulación que ofrecen ciudades como Arenas de San Pedro el automóvil puede perder su más preciada característica, la velocidad.
Sin embargo, individualmente considerado, el automóvil privado sigue siendo el más deseado y valorado de los medios de transporte, en parte, por su imagen mediática de libertad y triunfo personal pero, también, porque a sus usuarios no se les hace pagar las externalidades que provocan y porque, además, no son conscientes del costo que supone su utilización urbana. De hecho, ambiental y socialmente, su uso innecesario o inapropiado debe ser considerado un verdadero despilfarro de recursos naturales y económicos, una causa de inseguridad en la vía pública y una fuente muy importante de problemas sanitarios en el futuro para capas cada vez más extensas de la población.
En ese contexto, el cambio hacia formas de movilidad más sostenibles, es decir, el objetivo de las acciones de los Planes de Movilidad Sostenible será proporcionar a la ciudadanía alternativas al vehículo privado que sean más sostenibles, eficaces y confortables y, simultáneamente, convencer de que pueden y deben ser usadas en sustitución del vehículo Privado.
Es un hecho que el automóvil ha modificado la configuración de las sociedades modernas por la generalización de su tenencia y uso. La motorización progresiva de la sociedad y la fuerte dependencia del vehículo privado está en la base de los problemas que plantea el actual modelo de movilidad. Esta circunstancia está produciendo cada vez mayores problemas de congestión, lo que condiciona la accesibilidad a puntos centrales de los núcleos urbanos. Podría decirse que el sistema está alcanzando, cuando no ha rebasado ya, su propia capacidad de desarrollo.
Esta ineficiencia tiene sus consecuencias económicas. Según el Libro Verde: Hacia una nueva cultura de la movilidad urbana, promovido por la Comisión de las Comunidades Europeas, la economía europea pierde cada año, debido al fenómeno crónico de la congestión de las ciudades, en torno a un 1% del PIB.
Además, el transporte en general, y el urbano en particular, juega un papel muy relevante en lo que a consumo energético y emisiones de GEI se refiere. El informe del IPCC del año 2007 señala que, durante el 2004 y el 2005, el transporte fue responsable del 13% de las emisiones antropogénicas de gases efecto invernadero. En España, el transporte es la segunda fuente mayor de emisiones, alcanzando en 2006 un 25% de las emisiones de CO2, siendo el transporte por carretera el que más contribuye a estas emisiones, con un 80% sobre el total.
Por otro lado, las secuelas negativas de la hipermotorización en las ciudades, en cuanto a la seguridad y la salud de las personas, están más que demostradas.
No hemos de olvidar que el transporte es la principal fuente de emisiones de gases contaminantes y ruido en las zonas urbanas.
Y como señala el OSE en la presentación de su informe Calidad del Aire de las Ciudades. Clave de Sostenibilidad Urbana, es en las ciudades donde la contaminación del aire supone “una amenaza aguda, acumulativa y crónica para la salud humana, la calidad de vida y el medio ambiente natural y construido”.
También el desarrollo de la propia ciudad se ve comprometido por un esquema de movilidad basado en el uso del automóvil particular como fórmula prioritaria de desplazamiento. La asunción del vehículo privado como modo de movilidad preferente induce al planteamiento de modelos de urbanización dispersa que, en último término, contribuyen a aumentar los desplazamientos en coche.
Desde un punto de vista metodológico, la movilidad urbana es una variable compleja, ya que el comportamiento de los distintos modos de movilidad y su evolución están influidos por muchos factores: la población, el tamaño de la ciudad, la segregación de usos, la existencia o no de áreas metropolitanas, la orografía, etc.
(*Texto extraído:Cambio global España 2020/50, Programa ciudades. Hacia un pacto de las ciudades españolas ante el cambio global).
Sin embargo, en Arenas de San Pedro, los conflictos entre el peatón y el coche son notorios, afectando tanto a conductores como a viandantes: uso excesivo del vehículo privado, coches mal aparcados, aceras inaccesibles, estrechas y en mal estado, vías con baches y grietas y un caos circulatorio relativamente importante para el tamaño de la localidad, son las características más destacables.
Los ciudadanos, en cada ocasión que se les ha presentado, han manifestado su descontento con esta organización de la movilidad y consideran que una mejora de la movilidad supondría un gran incremento en la calidad de vida de los arenenses.
La resolución de estos conflictos, que afectan a todos, no es sencilla, pues requiere cambios y mejoras en las infraestructuras, pero, sobre todo, cambios en los hábitos de los ciudadanos.
Por eso, al plantearse realizar un gran cambio en el sistema de movilidad en Arenas de San Pedro, se decide que el Plan que lo hará posible no debe trazarse desde el Ayuntamiento o desde una oficina técnica, sino que deben ser los propios ciudadanos, dirigidos y coordinados por facilitadores, quienes decidan cómo quieren que sea su pueblo en el futuro.
En general, se trata de reducir los desplazamientos motorizados. En concreto se desea hacer un menor uso del vehículo privado por parte de las personas y reducir el uso de camiones para el transporte de mercancías. Como alternativa se promocionarán formas de desplazamiento no motorizadas: El uso de transporte público para las personas, y la del ferrocarril y otros medios, para las mercancías; siendo estas las bases de una movilidad más sostenible.
En este sentido, el vehículo privado resulta ser, en relación al desplazamiento de una persona durante un kilómetro, el modo que ocupa más suelo, consume más combustible y produce más externalidades, tales como accidentes, contaminación, ruido, intrusión visual o congestión. Además, en las condiciones de circulación que ofrecen ciudades como Arenas de San Pedro el automóvil puede perder su más preciada característica, la velocidad.
Sin embargo, individualmente considerado, el automóvil privado sigue siendo el más deseado y valorado de los medios de transporte, en parte, por su imagen mediática de libertad y triunfo personal pero, también, porque a sus usuarios no se les hace pagar las externalidades que provocan y porque, además, no son conscientes del costo que supone su utilización urbana. De hecho, ambiental y socialmente, su uso innecesario o inapropiado debe ser considerado un verdadero despilfarro de recursos naturales y económicos, una causa de inseguridad en la vía pública y una fuente muy importante de problemas sanitarios en el futuro para capas cada vez más extensas de la población.
En ese contexto, el cambio hacia formas de movilidad más sostenibles, es decir, el objetivo de las acciones de los Planes de Movilidad Sostenible será proporcionar a la ciudadanía alternativas al vehículo privado que sean más sostenibles, eficaces y confortables y, simultáneamente, convencer de que pueden y deben ser usadas en sustitución del vehículo Privado.
Introducción
El modelo de Movilidad: conflictos y problemas
Los actuales esquemas de movilidad en la mayor parte de las ciudades españolas están derivando hacia un incumplimiento de su propio objetivo, que no es otro que el de garantizar los desplazamientos de personas y mercancías de una forma razonablemente eficiente y segura.Es un hecho que el automóvil ha modificado la configuración de las sociedades modernas por la generalización de su tenencia y uso. La motorización progresiva de la sociedad y la fuerte dependencia del vehículo privado está en la base de los problemas que plantea el actual modelo de movilidad. Esta circunstancia está produciendo cada vez mayores problemas de congestión, lo que condiciona la accesibilidad a puntos centrales de los núcleos urbanos. Podría decirse que el sistema está alcanzando, cuando no ha rebasado ya, su propia capacidad de desarrollo.
Esta ineficiencia tiene sus consecuencias económicas. Según el Libro Verde: Hacia una nueva cultura de la movilidad urbana, promovido por la Comisión de las Comunidades Europeas, la economía europea pierde cada año, debido al fenómeno crónico de la congestión de las ciudades, en torno a un 1% del PIB.
Además, el transporte en general, y el urbano en particular, juega un papel muy relevante en lo que a consumo energético y emisiones de GEI se refiere. El informe del IPCC del año 2007 señala que, durante el 2004 y el 2005, el transporte fue responsable del 13% de las emisiones antropogénicas de gases efecto invernadero. En España, el transporte es la segunda fuente mayor de emisiones, alcanzando en 2006 un 25% de las emisiones de CO2, siendo el transporte por carretera el que más contribuye a estas emisiones, con un 80% sobre el total.
Por otro lado, las secuelas negativas de la hipermotorización en las ciudades, en cuanto a la seguridad y la salud de las personas, están más que demostradas.
No hemos de olvidar que el transporte es la principal fuente de emisiones de gases contaminantes y ruido en las zonas urbanas.
Y como señala el OSE en la presentación de su informe Calidad del Aire de las Ciudades. Clave de Sostenibilidad Urbana, es en las ciudades donde la contaminación del aire supone “una amenaza aguda, acumulativa y crónica para la salud humana, la calidad de vida y el medio ambiente natural y construido”.
También el desarrollo de la propia ciudad se ve comprometido por un esquema de movilidad basado en el uso del automóvil particular como fórmula prioritaria de desplazamiento. La asunción del vehículo privado como modo de movilidad preferente induce al planteamiento de modelos de urbanización dispersa que, en último término, contribuyen a aumentar los desplazamientos en coche.
Desde un punto de vista metodológico, la movilidad urbana es una variable compleja, ya que el comportamiento de los distintos modos de movilidad y su evolución están influidos por muchos factores: la población, el tamaño de la ciudad, la segregación de usos, la existencia o no de áreas metropolitanas, la orografía, etc.
(*Texto extraído:Cambio global España 2020/50, Programa ciudades. Hacia un pacto de las ciudades españolas ante el cambio global).
¿Por qué y para qué este plan de movilidad?
Arenas de San Pedro es un municipio mediano, de casi 7.000 habitantes. En lugares de estas dimensiones los planes de movilidad son excepcionales. Normalmente se entiende que una localidad con poca población, sin transporte público urbano no tiene grandes problemas en su sistema de movilidad.Sin embargo, en Arenas de San Pedro, los conflictos entre el peatón y el coche son notorios, afectando tanto a conductores como a viandantes: uso excesivo del vehículo privado, coches mal aparcados, aceras inaccesibles, estrechas y en mal estado, vías con baches y grietas y un caos circulatorio relativamente importante para el tamaño de la localidad, son las características más destacables.
Los ciudadanos, en cada ocasión que se les ha presentado, han manifestado su descontento con esta organización de la movilidad y consideran que una mejora de la movilidad supondría un gran incremento en la calidad de vida de los arenenses.
La resolución de estos conflictos, que afectan a todos, no es sencilla, pues requiere cambios y mejoras en las infraestructuras, pero, sobre todo, cambios en los hábitos de los ciudadanos.
Por eso, al plantearse realizar un gran cambio en el sistema de movilidad en Arenas de San Pedro, se decide que el Plan que lo hará posible no debe trazarse desde el Ayuntamiento o desde una oficina técnica, sino que deben ser los propios ciudadanos, dirigidos y coordinados por facilitadores, quienes decidan cómo quieren que sea su pueblo en el futuro.
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